¿Cómo fomentar el altruismo en los niños?
El altruismo puede definirse como una acción desinteresada de ayudar a las personas y de preocuparse por sus necesidades sin esperar nada a cambio. Estos principios altruistas deben ser afianzados en el entorno en el que se desenvuelven los niños como la escuela y la familia.
La comunicación es importante para fortalecer el altruismo. Cuando peleen por un juguete, se les debe explicar la situación que enfrentan motivándolos a expresar sus sentimientos de manera tranquila direccionándolos y explicándoles el porqué de las cosas y preparándolos para solucionar el problema con sus amigos de manera pacífica.
Estos principios altruistas se pueden enseñar de manera divertida y dinámica, con juegos que involucren el compartir, el esperar turnos o donde tengan que trabajar en equipo para lograr un objetivo y alcanzar una meta.
Si los pequeños no quieren compartir, no hay que regañarlos ni mucho menos castigarlos, no es tan malo que tengan este tipo de comportamientos inicialmente, es normal que tengan sentido de pertenencia ante sus juguetes favoritos y les cueste prestarlos. Aunque es importante que los niños sean altruistas, este valor debe ser enseñado y transmitido bajo el respeto, ya que no son los padres quienes deben decidir que sacar del cuarto para prestarlo a otros niños, sino que debe ser algo que ellos quieran hacer, además el irrumpir en su espacio tomando sus cosas más preciadas afectará la capacidad de decisión de los niños, haciéndolos tímidos e inseguros de comunicar lo que sienten, teniendo como consecuencia a futuro que repriman sentimientos y que tengan dificultad al expresarlos. Los hermanos, la niñera también deben aprender a respetar las cosas personales de los niños.
El ejemplo es fundamental para provocar la generosidad en los pequeños, el ver a los padres ayudar a un adulto mayor a cruzar la calle, prestar algún objeto a alguna persona, el estar dispuesto a colaborar a algún vecino, inspirará a los niños a repetir estas mismas acciones, conservando estos valores para ayudar a otros toda la vida.
También los niños pueden aprender con pequeños detalles, por ejemplo; comprar un solo helado y compartirlo entre dos, prestarles algo que se tenga a la mano para que jueguen con él, al igual no solo enseñarles a compartir cosas materiales sino además explicarles que existen sentimientos, conversaciones, momentos y tiempos, que son más importantes que lo material.
El altruismo debe ser un valor que se debe fundamentar sólidamente, para hacer de ellos en un futuro, personas que hagan mella donde quieran que se encuentren. Esto garantizará personas más felices, estables emocionalmente y lo mejor, con la satisfacción de que siempre habrá tiempo para compartir con los demás, sin esperar nada a cambio y sin esperar sacar beneficio personal por su ayuda, solo la satisfacción de poder ayudar.